martes, 2 de junio de 2009

Vi su rostro muy resplandeciente y hermoso!


En las manos de Dios. Biografía del P. Gracián.


Vi su rostro muy resplandeciente y hermoso: Teresa de Jesús y Jerónimo Gracián


En su soledad de huérfano, Gracián siente la presencia y asistencia de Madre Teresa. Sabe de las manifestaciones prodigiosas que han ocurrido a su muerte y ha mandado a las hermanas escribirlas, porque “así como Dios hizo con ella cosas maravillosas en la vida, ha usado algunas maravillas en su muerte, las cuales servirán para animar a sus hijas, afervorarlas en el espíritu, y dar autoridad a sus consejos, ejemplos y amonestaciones que dejó escritas”.

Ocurrió el domingo primero de cuaresma, 27 de febrero de 1583. Ese día había predicado dos sermones en la catedral de Sevilla. Por la noche, en su celda del convento de los Remedios, estando rezando maitines,

“levanté mis ojos y vi una luz clara, mucho más blanca, sutil y delicada que la luz de candela y aun del sol… En esta luz vi su rostro muy resplandeciente y hermoso, no de tanta edad como ella murió, sino como si fuera de cuarenta años. Y en lo interior oí estas palabras, pero no con los oídos exteriores del cuerpo:

“Nosotros los del cielo y vosotros los de la tierra seamos una cosa en pureza y amor: nosotros gozando y vosotros padeciendo. Y lo que nosotros hacemos acá con la esencia divina, haced allá vosotros con el Santísimo Sacramento. Y di esto a todas mis hijas”.

Jerónimo Gracián comunicó a las hijas de Teresa este mensaje recibido, que no solo es para ellas sino también para nosotros. Renovemos durante este mes esa unión entre el cielo y la tierra viviendo en oración amorosa ante el Santísimo Sacramento.