miércoles, 23 de junio de 2010


Puede afirmarse con razón que la Santa comenzó a sentirse
plenamente Fundadora a partir del encuentro con el padre Gracián. Fue él quien le abrió nuevos horizontes y le hizo vislumbrar que podría “dilatarse esta Orden de la Virgen Santísima María en todo el mundo con el fruto de las almas, como se había dilatado la de la Compañía de Jesús. (Al final de su vida
pondrá Gracián en el mismo nivel a San Elías, como fundador de los Carmelitas, a San Ignacio, como fundador de la Compañía, y a la Madre Teresa, como Fundadora de sus Descalzas y Descalzos).

De ese respeto por el magisterio teresiano nacieron sin duda la invitación a proseguir el libro de las Fundaciones (que Gracián se comprometió a completar escribiendo las de los frailes) y a escribir el libro de las Moradas; la edición y defensa de sus Constituciones (completadas con el contrapunto de El Cerro); la conservación del epistolario teresiano; la contribución decisiva a la hora de iniciar el Proceso de Canonización, con la consiguiente vigilancia para que la figura de Teresa no fuese instrumentalizada, como intentaron algunos al pedir que se quitase del Rótulo los pasajes que la llamaban Fundadora de los frailes y ponían de relieve su celo de almas.

fuente:carmelitasdescalzos.com

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