sábado, 23 de mayo de 2009


NUEVOS TEXTOS DEL P. GRACIÁN DE LA MADRE DE DIOS

Julen Urkiza, OCD
Hace poco, en noviembre de 1603, en un breve viaje de investigación enrelación a las Carmelitas candidatas para la fundación del Carmelo parisino, teniendo noticias de una carta de Ana de San bartolomé (Tomás SOBRINO CHOMÒN, San José de Ávila, 1997, p 296) fuí a la Biblioteca Pública de Àvila, a comprobar si la carta me era conocida o no. Se trataba de una copia de una carta que ya lo tenía publicado según el autógrafo que se halla en las Carmelitas de dan José del Àvila; estaba escrita a su sobrino Toribio Manzanas (cf.carta 261 de la publicación publicada); la carta se halla con la signatura 96/3/3282.

Pero tuve la sorpresa de que junto a esta carta copia de la Beata había otros papeles referentes al P. Jerónimo Gracián de la Madre de Dios. También eran copias: se trataba de los tres textos que publico a continuación, más otra carta escrita a Pedro Verezo Pardo, con fecha de 2 de Mayo de 1612, que ya está publicada en la edición de las Cartas del P. Gracián, preparada por Luis Astigarraga en Roma en 1989 (carta 216,p.538-539, MHTC,9).

Este hallazgo tuvo lugar cuando yo estaba preparando la publicación de la carta autógrafa de Ana de San Bartolomé, hallada en la parroquia de Budia (Guadalajara). Así pensé aprovechar el momento y dar cuanto antes a conocer también los papeles del P. Gracián.

La carta que publicamos del 20 de agosto ayuda a cubrir, aunque sea mínimamente, el pequeño vacío que existe en el espistolario de Gracián respecto al período de nueve meses de su estancia en Nápoles (1598), pues no se conocía más que dos cartas, escritas el mismo día, 1 de junio de 1598, a su madre Juana y al Hno. Francisco del Niño Jesús (cf. MHCT 9, cartas 73 y 74).

Sobre los motivos de su estancia en Nápoles no están del todo aclarados, según nos dice Luis Astigarraga; entre otros se nos da uno en esta carta: "entretando aqui andamos en esta Nápoles, que es una gran Babilonia, peleando con penados"; y renglones más abajo repetirá la idea diciendo que tiene "las ocupaciones de Marta acudiendo a quitar penados"; varios meses más tarde hablará de las ocupaciones bien graves y del servicio de Dios" que ha tenido en Nápoles (cf. MHCT 9, Carta 76).

Mientras el P. Gracián estaba dedicado a esta actividad, al parecer el motivo principal de su estancia, seguirá escribiendo: elcomentario a la Regla del Carmelo, y también redactará para el Papa "un gran memorial del modo de las reformaciones".



jueves, 14 de mayo de 2009



Carlos Ros :
«Santa Teresa esperaba a Gracián: alguien inteligente y capaz de gobernar»
Por ÁNGEL PÉREZ GUERRA
18-1-2007 12:06:19


-Disipe tergiversaciones. ¿A qué se refiere con lo de «el hombre de Teresa de Jesús»?


-Cuando Gracián se conoce con Teresa de Jesús ella tiene 60 años y él tiene 30. Cuando yo le pongo al libro «el hombre de Teresa de Jesús» me refiero fundamentalmente a la función. Ella es una mujer que reforma la orden carmelitana, cosa realmente inédita en un mundo tan machista como lo era el siglo XVI. Siempre era un fundador y al calor de él iba una fundadora. Pero ella, que no tenía problema en la reforma femenina sí que lo tenía con los hombres.


Los hombres seguían con sus penitencias antiguas, pero con un desorden tremendo.

Aquél que tenía más penitencias era más santo. Teresa era una mujer lógica y necesitaba un hombre. Los primeros que le vinieron fueron dos padres carmelitas: uno recién llegado,

que era fray Juan de la Cruz, y el otro fray Antonio, que ya pertenecía a los carmelitas calzados. Ella decía que tenía fraile y medio, porque Juan de la Cruz era muy pequeñito.


Encuentra ese hombre en Gracián. Cuando ella viene a fundar a Beas,

ya estaban ambos dentro de la reforma, pero no se conocían, aunque se habían carteado.

Gracián estaba por Andalucía como comisario para la reforma del Carmen.

Al volver a Madrid se pasa por Beas y se conocen. Ese encuentro de un mes fue providencial.

conocen. Ese encuentro de un mes fue providencial.


-Pero ella le llama su «desaguadero», dice que es como un ángel y hasta tiene una visión en la que celebra sus desposorios con él ante Cristo.


-Naturalmente que tiene que haber afecto, pero no en el sentido del morbo. Santa Teresa está ya fuera de lugar en ese aspecto. Aunque en una relación hombre-mujer siempre hay una afectividad. Él se abochornaba muchas veces, porque Santa Teresa era tan espontánea..., y además tenía edad para serlo.

Cuando escribe el libro de las Fundaciones, hay un capítulo entero dedicado a Gracián,

pero no lo hay dedicado a San Juan de la Cruz.

Más de cien cartas de sus obras completas son dirigidas a Gracian.


-¿Alguna vez se ha planteado qué habría ocurrido si Santa Teresa y Gracián hubieran tenido una edad similar?


-No lo sé. Santa Teresa estaba esperando una persona con la inteligencia y la capacidad de gobierno suficiente para poner en orden a los conventos masculinos. Gracián era un ingenuo, aparte de ser una persona tremendamente inteligente. Eso le venía de familia.


-¿Cómo era ese ambiente familiar?


-Su padre era un erasmista, que cuando era joven se reía de los frailes en las tertulias de la corte de Carlos V. Fue secretario del emperador. El padre estudió en París y en Bruselas.

Tenía un dominio total del latín y del griego. La diplomacia de entonces funcionaba con el latín. Pero era muy buena persona. Tenía veinte hijos, y no medró en la política. Le costaba mucho alimentar a tantos hijos. Cuando Gracián tenía diez o doce años, su padre le leía a Homero.

Su madre, que era mucho más joven salió de una relación entre un polaco que era embajador en la corte de Carlos V y tuvo una relación con una mujer de Valladolid.

De ahí surgieron dos hijos. Uno murió con dos años, y la pequeñita.

Cuando volvió a su patria, lo hicieron obispo.

El abuelo materno de Gracián fue obispo en Polonia.

El padre de Gracián, Diego, se casó con la niña cuando él tenía 40 años y ella 10, más que nada por salvarla de la situación en que quedaba. Había sido amigo de su padre en la corte.

Fue una familia de casta intelectual.

De los 16 hermanos que sobrevivieron, hubo alguno que fue secretario de Felipe II.

Jerónimo Gracián estudió en Alcalá, pero antes de terminar el doctorado buscó una vida de perfección.


-Muchos teníamos entendido que la rama masculina del Carmen descalzo se debe a San Juan de la Cruz.


-San Juan de la Cruz era un santazo, un hombre místico que vivía en las alturas del Monte Carmelo. Era el intimista, el hombre que vivía en el desierto.

Santa Teresa buscaba el silencio pero unido a la actividad apostólica.

Esto no lo entendía San Juan de la Cruz y sí que lo entendió Gracián.

Cuando Gracián deja el provincialato lo asume un italiano que se llama Doria, un psicópata que se carga a San Juan de la Cruz y expulsa a Gracián dos meses después de la muerte de aquel .

sábado, 2 de mayo de 2009

EN LAS MANOS DE DIOS...de la biografia del P.Gracian


'SIEMPRE HEMOS DE ANDAR JUNTOS'

Teresa de Jesús y Jerónimo Gracián.


Al P. Gracián le llegó la noticia de M. Teresa el 22 de octubre de aquel año de 1582, estando en Beas de Segura, lugar a donde se habían encontrado por primera vez en la primavera de 1575.


Ese día y los siguientes escribió una especie de diario sobre lo vivido,

páginas que son una delicia espiritual en donde se puede palpar el cariño entrañable

de este hijo para con su M. Teresa y los sentimientos que le embargaron esos días.


En dichas páginas llama a M. Teresa con el nombre de Angela y él se nombra a sí mismo

con el nombre de Eliseo, pues en vida usaban dichos pseudónimos en las cartas.


Aqui, siguen unos párrafos de dicho diario para que entren en los sentimientos del P. Gracián

y en lo vivido esos días...


“22 de octubre del año de 1582.

Este día como a las cuatro de la tarde, supo Eliseo que Angela se había subido al cielo a gozar

de Dios. Y luego hizo lo que otras veces suele en semejantes golpes, que es acudir al Santísimo Sacramento y amarle como aquel que es infinitamente bueno e infinitamente consuelo.
Al cabo de un rato hablaba a su Virgen con aquella gravedad a blandura que suele, y le aseguró riéndose “Aquí estoy, ¿qué Madre te falta? Yo soy tu Madre”.



Fuese a acostar atribulado y afligido; y aunque durmió luego algo, luego despertó presto;

y no estando la cabeza para ello, no se atrevió a levantar, mas allí en la cama parecióle

que veía a su Angela cabe sí, alegre, y dijo estas palabras:

“Aún no me he apartado, que siempre hemos de andar juntos, y ahora te ayudaré de veras”.


Eliseo le dijo:

“Angela, hazme heredero de los bienes que acá tenías, pues me queda el cuidado de las almas de tus hijas”.
Aquí parece que le daban a Eliseo unas ganas de mudarse el nombre y llamarse Jerónimo de Jesús. Y así, se quedó rogando a Cristo y a la Virgen y a Angela que le diesen los bienes

de Angela y parece que le daban luz que los había de alcanzar, y que quería Angela que los comunicase a sus hijas.

Con esto, se resolvió Eliseo aquella mañana en lo que siempre suele,

que es hacer en todo lo más agradable a Dios.


A la mañana del sábado de Todos Santos, se hizo el oficio cantado,

diciendo la misa y postrera lección Eliseo.

Y al tiempo del memento de la misa, vino Angela y la Virgen, y delante de Cristo crucificado hicieron proponer a Eliseo otra vez el mismo propósito de hacer la mayor voluntad de Dios,

y procurar muy de veras el estar con mucha atención a la misa, y como que me tornó a encomendar la Orden”.



EN ALABANZA DE CRISTO ... Amen!