sábado, 2 de mayo de 2009

EN LAS MANOS DE DIOS...de la biografia del P.Gracian


'SIEMPRE HEMOS DE ANDAR JUNTOS'

Teresa de Jesús y Jerónimo Gracián.


Al P. Gracián le llegó la noticia de M. Teresa el 22 de octubre de aquel año de 1582, estando en Beas de Segura, lugar a donde se habían encontrado por primera vez en la primavera de 1575.


Ese día y los siguientes escribió una especie de diario sobre lo vivido,

páginas que son una delicia espiritual en donde se puede palpar el cariño entrañable

de este hijo para con su M. Teresa y los sentimientos que le embargaron esos días.


En dichas páginas llama a M. Teresa con el nombre de Angela y él se nombra a sí mismo

con el nombre de Eliseo, pues en vida usaban dichos pseudónimos en las cartas.


Aqui, siguen unos párrafos de dicho diario para que entren en los sentimientos del P. Gracián

y en lo vivido esos días...


“22 de octubre del año de 1582.

Este día como a las cuatro de la tarde, supo Eliseo que Angela se había subido al cielo a gozar

de Dios. Y luego hizo lo que otras veces suele en semejantes golpes, que es acudir al Santísimo Sacramento y amarle como aquel que es infinitamente bueno e infinitamente consuelo.
Al cabo de un rato hablaba a su Virgen con aquella gravedad a blandura que suele, y le aseguró riéndose “Aquí estoy, ¿qué Madre te falta? Yo soy tu Madre”.



Fuese a acostar atribulado y afligido; y aunque durmió luego algo, luego despertó presto;

y no estando la cabeza para ello, no se atrevió a levantar, mas allí en la cama parecióle

que veía a su Angela cabe sí, alegre, y dijo estas palabras:

“Aún no me he apartado, que siempre hemos de andar juntos, y ahora te ayudaré de veras”.


Eliseo le dijo:

“Angela, hazme heredero de los bienes que acá tenías, pues me queda el cuidado de las almas de tus hijas”.
Aquí parece que le daban a Eliseo unas ganas de mudarse el nombre y llamarse Jerónimo de Jesús. Y así, se quedó rogando a Cristo y a la Virgen y a Angela que le diesen los bienes

de Angela y parece que le daban luz que los había de alcanzar, y que quería Angela que los comunicase a sus hijas.

Con esto, se resolvió Eliseo aquella mañana en lo que siempre suele,

que es hacer en todo lo más agradable a Dios.


A la mañana del sábado de Todos Santos, se hizo el oficio cantado,

diciendo la misa y postrera lección Eliseo.

Y al tiempo del memento de la misa, vino Angela y la Virgen, y delante de Cristo crucificado hicieron proponer a Eliseo otra vez el mismo propósito de hacer la mayor voluntad de Dios,

y procurar muy de veras el estar con mucha atención a la misa, y como que me tornó a encomendar la Orden”.



EN ALABANZA DE CRISTO ... Amen!

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