lunes, 18 de abril de 2011


(parte 2)

Un acontecimiento poco valorizado


Algunos biógrafos de Santa Teresa, entre ellos Marcelle Auclair, sin dejar de tener alguna razón, insisten excesivamente en la parte afectiva de este encuentro. Indudablemente, Santa Teresa tuvo por Gracián una gran estima y admiración. Hasta se puede entender el por qué fue él agraciado con el amor de la santa Fundadora, pero no se puede dejar que la imaginación vaya demasiado lejos. Santa Teresa amó profundamente al P. Gracián, como una madre ama a un hijo en quien, viendo sus grandes talentos, sabe que es el único capaz de llevar adelante, sin desvíos, su obra. Un dato de valor es tener claro de que cuando fue a Beas, Teresa llevaba consigo una inquietante preocupación que estampó, con toda claridad, en el capítulo 23 de su libro Fundaciones: ... “En cada casa hacían como les parecía”. O sea, los conventos de los religiosos que ella tanto deseaba, estaban trasformándose en simples caricaturas. Un rayo de esperanza, brilló en su espíritu cuando se encontró con el P. Gracián, precisamente en Beas, entre abril y mayo de 1575: “Remediólo nuestro Señor por el padre maestro Fray Jerónimo de la Madre de Dios, porque le hicieron comisario apostólico y le dieron autoridad y gobierno sobre los Descalzos y Descalzas” . La impresión que el joven Comisario causó en la experimentada Madre Fundadora fue ejemplarmente descrita en la carta que escribió a la Madre Inés de Jesús, el 12 de mayo de 1575 .



Santa Teresa de Jesús – Fundaciones – 23, 13 Santa Teresa de Jesús – Carta fechada en Beas el 12 de mayo de 1575

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