domingo, 24 de abril de 2011


Un acontecimiento poco valorizado
(parte 3)

 
Gracián y la Madre Teresa mantuvieron casi dos meses de conversaciones en Beas y él se quedó tan impresionado que no pudo dejar de registrar sus impresiones en su Historia de las fundaciones:
“Estuve en Beas  muchos días, en los cuales comentábamos todas las cosas de la Orden, así pasadas como presentes, y lo que era menester para prevenir las futuras; y demás desto, de toda la manera de proceder en el espíritu, y cómo se había de sustentar así en frailes como en monjas. Ella me examinó a mí de todo cuanto sabía en esta doctrina así por letras como por experiencia. Me enseñó todo cuanto ella sabía, dándome tantas doctrinas, reglas y consejos, que pudiera escribir un libro muy grande de lo que aquí me enseño, porque como digo fueran muchos días, y todo el día, fuera del tiempo de misa y de comer, se gastaba en estos. Diome cuenta de toda su vida y espíritu e intentos. Quedéle tan rendido, que desde entonces ninguna cosa hice grave sin su consejo”.[1]
        La Madre Teresa tenía, ahora, dos grandes herederos de su carisma. A los dos se lo transmitió directamente, sin intermediarios: a San Juan de la Cruz, en Valladolid[2], y a Jerónimo Gracián de la Madre de Dios, en Beas. Supo muy bien escoger la Madre Teresa la calidad y diferencia de estos dos pilares sobre los cuales se levantarían las fundaciones de la rama masculina del Carmelo Descalzo. Juan de la Cruz es el hombre del silencio, doctor de las profundidades del alma, del encuentro íntimo con Dios. Gracián es Pablo de Tarso, apóstol incansable, que luchó como un león, a pesar de estar mortalmente herido, con tal de mantener viva la llama y “enderezar las sendas” cuando veía su Orden desviarse de las Constituciones dejadas por la Santa Madre Fundadora.
       No serán pocos sus esfuerzos; dejó un patrimonio para la Orden que sólo ahora comienza a ser inventariado y, asombrosamente, se va percibiendo que este gran arquitecto de la Madre Fundadora fue una gran víctima – lanzada a las tinieblas de la historia – por enemigos poderosos.

[1] Cf. I. Moriones – El Carmelo Teresiano... o.c. p. 45; J. Gracián – Historia de las Fundaciones 7, 1
[2] Cf. Santa Teresa de Jesús – Fundaciones 13, 5

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