martes, 18 de noviembre de 2008

Dios ''lo estorbó'' ...


Su trato y amistad con la Compañía de Jesús tenían data antigua. Desde los ocho años se confesaba con los jesuitas. La confianza aumentó a partir de la estancia en Toledo, donde comenzó a “frecuentar sacramentos en la iglesia de la Compañía, siendo mi confesor un padre Martínez, de quien salió fuese a Alcalá a estudiar artes”.

Matriculado con semejante recomendación y patrocinio, siguió intimando con los jesuitas hasta sentirse atraído por su vida y misión.
Todo estaba concertado para su ingreso en la Compañía de Jesús.
“Muy a punto y ya concertado” hasta ser admitido por el Provincial, P. Gil González; habiéndolo “negociado conmigo y con ellos el P. Doctor Pedro García”.

Eran otros los planes y los caminos de la Providencia, y el acuerdo se desconcertó. Ambas partes habían convenido en retrasar el ingreso de Jerónimo hasta que se titulase “bachiller en Artes”, para lo que faltaba poco tiempo.
Suficiente para que todo fracasase por una razón deliciosamente vocacional: “Resfriéme y no sé si mis pecados o Dios lo estorbó, que son juicios secretos”. A la luz de la historia salvífica no hay duda posible: “Dios lo estorbó”.

Pero el fracaso dejaba la vocación de Jerónimo en el aire. No hubo ruptura con la Compañía de Jesús; la amistad y las relaciones espirituales continuaron; incluso se intensificaron desde que intimó con un preclaro maestro, renombrado en aquel emporio universitario. Quedó prendado del Padre Maestro Alfonso Deza cuando comenzó a estudiar teología. Le oyó explicar en el Colegio de la Compañía “la materia de gracia, y como decía tantas excelencias de ella, diole -a Gracián- mucha golosina de alcanzarla, y desde entonces comenzó a confesarse con él”.

Acaso el P. Deza fue quien le orientó hacia el sacerdocio; lo cierto es que el joven universitario tuvo un proceso vocacional seriamente trabajado. No encontró su llamada en la Compañía de Jesús ni en el estado clerical. No acababa de definir su identidad religiosa.

La gracia le preparaba para otra misión de la que apenas tenía referencia humana y ambiental: era el Carmelo Teresiano casi recién nacido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario